Stairway to Beignet
Inspirado en Génesis 2 y los cuatro ríos que alimentaban el Árbol de la Vida.
Equipo Necesario:
Cacerola
cucharon metálico
cortadores redondos
Sifon y nitrógeno
máquina para hacer algodón
papel acetato
Batidora
silicona
Bowl
bandejas
Ingredientes de Beignet
125 g de harina
90 g de agua
90 g de huevo
6 g de miel
6 g de azúcar
1 ramita de romero
1 carga de nitrógeno para sifón
Aceite para freír (temperatura: 350 °F / 175 °C)
Método del Beignet
1. Mezclar la harina, agua, huevo, miel, azúcar y romero hasta obtener una mezcla homogénea.
2. Dejar reposar la mezcla durante 30 minutos.
3. Colocar la masa en un sifón, cargar con nitrógeno y agitar bien.
Ingredientes de la Compota
50 gramos de higos
50 gramos de manzana
50 gramos de azúcar
1 gramo de oro
Método de la Compota
Colocar la mezcla en moldes de silicón.
Hornear a 160°C durante 12 minutos o hasta que estén ligeramente dorados.Dejar enfriar antes de desmoldar.
Set up
01. Formar la base: Con una cuchara sopera, colocar ½ oz (15 g) de la mezcla de beignet en el aceite caliente.
02. Agregar el relleno: Colocar 1 cucharadita de compota de higo y manzana en el centro.
03. Cubrir y cocinar: Cubrir con otra ½ oz (15 g) de la mezcla de beignet y freír hasta dorar por ambos lados.
04. Retirar y escurrir: Sacar del aceite y dejar escurrir el exceso de grasa.
Velo místico
200 g de vino tinto
2 g de agar agar
Método
Calentar el vino en una olla y agregar el agar-agar.
Llevar a ebullición mientras se mezcla bien.
Verter sobre una charola con papel encerado y dejar enfriar hasta que cuaje.
Cortar en finas láminas y colocar sobre el beignet.
Tuille de higo negro (La Escalera a lo Divino)
100 g de dátiles sin hueso
50 g de azúcar glas
50 g de mantequilla derretida
50 g de harina de almendra (o de trigo)
1 clara de huevo
1 pizca de sal
½ cucharadita de extracto de vainilla
Método
Procesar los dátiles hasta obtener un puré fino.
Mezclar con el azúcar glas, la mantequilla, la harina, la clara, la sal y la vainilla hasta obtener una masa homogénea.
Extender sobre un tapete de silicona en una capa muy fina.
Hornear a 160 °C (320 °F) durante 8-10 minutos o hasta que esté dorado.
Preparar los elementos: Hacer el algodón de azúcar con una máquina especial y tener listo el velo de gelatina de vino y la tuille de dátiles.
Montar la base: Colocar el beignet en el centro del plato y añadir el velo de gelatina de vino sobre él.
Finalizar con el toque dulce: Colocar una pequeña nube de algodón de azúcar sobre y Posicionar la tuille de dátiles en forma de escalera a un lado del beignet.
1. Beignet de Romero y Oro (Río Pisón: la riqueza y la resina)
El río Pisón es descrito en textos antiguos como un río que rodea la tierra de Havila, donde abundaban el oro y la resina aromática. Inspirado en esta opulencia, el beignet se infusiona con romero, evocando el aroma de las resinas preciosas. Su dorado exterior simboliza la riqueza del oro en estas tierras, aportando una textura ligera y crujiente, como un tesoro escondido en el jardín del Edén.
2. Compota de Higo y Manzana (Ríos Gihón, Hydekel y Éufrates: la fertilidad y el conocimiento)
Los higos y las manzanas han sido frutos de gran relevancia en la historia de la humanidad. En Mesopotamia y Egipto, eran símbolos de fertilidad y abundancia, esenciales en la alimentación de las antiguas civilizaciones. El higo, en la tradición bíblica, representa sabiduría y refugio, mientras que la manzana está vinculada al conocimiento y la tentación. Esta compota une ambos ingredientes, simbolizando la generosidad de los ríos que regaban las tierras fértiles del antiguo mundo.
3. Gelatina de Vino Tinto (El velo místico del conocimiento)
El vino ha sido, desde tiempos remotos, un símbolo de celebración, sacrificio y sabiduría. En este postre, la gelatina de vino tinto se coloca como un velo que cubre el beignet, aportando una textura sutil y translúcida. Su presencia representa lo oculto y lo revelado, el misterio del conocimiento y la profundidad de las aguas del Éufrates, que dieron vida a la cuna de la civilización.
4. Tuille de Higo Negro (La escalera a lo divino)
El higo negro, con su dulzura intensa y su conexión histórica con la mitología y la espiritualidad, es el protagonista de la tuille. En este plato, se coloca en forma de escalera, simbolizando la ascensión al conocimiento y la conexión entre lo terrenal y lo divino. Representa el árbol de la vida, la sabiduría que se encuentra en la naturaleza y el puente hacia lo trascendental.
5. Algodón de Azúcar (La cobertura de Dios)
Para finalizar, una delicada nube de algodón de azúcar se posa sobre el beignet, como una metáfora de la presencia divina. Su ligereza evoca la pureza y la protección, como la niebla que cubría la tierra en la creación o la manifestación celestial en las escrituras.
Cada componente de este postre no solo ofrece una armonía de texturas y sabores, sino que también cuenta una historia. "El Banquete del Edén" es un homenaje a los ríos sagrados de la humanidad, una fusión entre lo místico y lo gastronómico. A través de este plato, se invita al comensal a viajar en el tiempo, a un Edén reinventado donde los sabores narran los orígenes de la humanidad.